lunes, 12 de agosto de 2013

Echa el rato, vive el momento.

Echa el rato, vive el momento


Para empezar quiero que primero leáis la entrada antes de juzgar por el título. Empecemos.

A lo largo de nuestra vida todos y cada uno de nosotros padecerá el sentimiento de un afecto muy cercano con alguien. Con ese alguien viviremos muchas experiencias que serán inolvidables tanto buenas cómo malas, con ello se habrá ganado un lugar muy importante para nosotros en nuestra vida porque por muchos problemas que hayamos pasado, hubo al menos una vez que asemejamos un sentimiento parecido a la felicidad con ese alguien. Ese alguien nos dejó o lo dejamos de lado debido a ciertas circunstancias, que aunque lo asumimos con naturalidad es inevitable que alguna que otra vez nos invada un sentimiento de nostalgia o arrepentimiento debido a esos "malditos" buenos momentos (Pongo "malditos" debido a que son la principal causa de el sentimiento de arrepentimiento o nostalgia). Entonces como una vez nos hizo creer que eramos felices lo percibimos como un buen recuerdo y por tanto se queda grabado en nuestra memoria.

Es aquí cuando empieza el problema. Tenemos a esa persona clasificada como alguien, que como ya dije, en algún momento nos hizo creer que eramos felices con ella, cuando lo cierto es que no lo eramos, tan solo fue desafortunado momento. Este momento puede ser de minutos hasta años, y digo desafortunado porque es un espacio de tiempo en el que las delgadas líneas de amor (El verdadero como el que se tiene a un hermano, no el amor que llaman hoy en día con cualquiera) y línea de ocio, esa que están todas las cosas que nos hace pasar un buen rato (no momento), por desgracia se cruzan y siguen una misma dirección con mismo sentido.

En este cruce es cuando se forma el asunto, ya que nos confunde y enmaraña todos los sentimientos que llevan esas líneas de amor y ocio, pudiendo ponerlos en lugares distintos y causar el gran problema que es hacernos creer que todo lo que nos hace pasar un buen rato es un buen momento. Y como todos los buenos momentos se quedan grabados en nuestra cabeza.

Pero lo realmente malo no es el problema, son las consecuencias que hay después de él. Porque durante el problema, que sería cuando se juntan las dos líneas nosotros no nos damos cuenta de lo que esta sucediendo, solo nos damos cuenta cuando el problema se acabó. Cuando intentamos echarlo de nuestra mente y no podemos debido a que se grabó como un buen momento.

Aquí es cuando llegan esos sentimientos que nombre anteriormente, nostalgia, culpabilidad, arrepentimiento... Sentimientos que nos hacen perdernos nuestro presente y con ello todas las oportunidades de vivir verdaderos buenos momentos, debido a que solo se ciernen a un pasado que por casualidad nos hizo errar y confundir dos cosas que jamás debemos mezclar, amor y ocio.

La solución a todo esto es muy simple teóricamente aunque muy difícil en la práctica. Es cerrar tu pasado, entender que es algo que ocurrió en tu vida y te hizo aprender y disfrutar un rato pero que no es un momento, que sea algo que recuerdes pero que no añores.
 Para esto hay que pasar muchos malos tragos contigo y con los demás, aunque la recompensa de esto es una vida más plena y paz mental que muchos deseamos pero que realmente pocos consiguen.

Recuerda que buenos ratos hay muchos y con muchos pero buenos momentos hay pocos y con pocos. Aprende a diferenciar entre esos muchos y pocos.

"Muchas cosas pasan pero pocas quedan"